miércoles, 4 de abril de 2012

Estrenando bicis

Pues sí, no una, sino dos. Y es que conocer a gente es lo que tiene.
Llevo aquí dos meses ya, que no es como cumplir años, pero parece que fue ayer y ya va pasando el tiempo, y lo mismo que cuando llegué no sabía a quién llamar ningún día de la semana, ahora me salen planes y hasta bicis por todos lados.
El otro día me dejó María su spare Fahrrad (no sé como se dice de sobra en alemán y aquí las bicis son un ente casi propio), y a parte de la barra asesina no hubo contratiempos. Llegué al curro en un pispás, cansada y con dolor de piernas, pero bueno, como diría el Marommo, ¿qué esperaba?
Y resulta que me vieron y una compañera me preguntó que si prefería una de mujer, que ella se había comprado una nueva buena (800 lereles ahí como quien dice), y que me vendía la suya vieja.

Y vaya si es vieja. Pero me temo que me he enamorao. Hoy he cruzado la ciudad de cabo a rabo y, a parte de haber llegado en un estado lamentable de sudor, no me he cansado apenas. Así que creo que la decisión está tomada.
En verdad no tiene mucho sentido, la que hay en casa de mis padres es del mismo estilo y está infinitamente más nueva y seguramente sea hasta mejor, pero lo dicho, cuando he salido del curro no lo veía y 7,7 km más tarde estaba convencidísima.
Bi-po-lar...

2 comentarios:

  1. NO está mal 7,7 km ir y otros tantos para volver todos los días para ir al curro, una media hora ya será...

    Eso sí, si te va a suponer llegar sudando... yo me voy a coger también una bici pero para hacer 5 min de trayecto :)

    ResponderEliminar
  2. Todos los días no, fue porque había quedado en casa de una amiga. Mi piso de ahora está a 4.8km, así que cuando coja el ritmito en menos de 20 minutos debería hacerlo :)

    ResponderEliminar

Ya que lo has leído, coméntame qué te parece, no?