domingo, 30 de septiembre de 2012

martes, 25 de septiembre de 2012

De vuelta a la normalidad


Cuando normalidad significa Oktoberfest, claro. No conté la segunda parte de las vacaciones y la verdad es que debería. Viaje a Madrid, experiencia única, visita a Toledo, barbacoa en familia para celebrar la boda en la meseta manchega, noche sin dormir apenas y vuelta con Ryanair (sin incidentes) al fresco de Múnich.
¡Ya ha llegado el otoño!
Siempre hubiera pensado que la mejor época para tomarme vacaciones eran julio y agosto, pero no. Desde luego es mucho mejor alargar el verano en septiembre y luego disfrutar aquí del veranillo de San Miguel para el final de mes y el comienzo del Wiesn
Ahora quedaba coger nuevas tareas y empezar a cumplir las metas adquiridas, y a ello me he puesto. Claro que con la desgracia de que no todo el mundo estaba tan motivado como yo y en estas tres semanas se han debido dedicar más a otros menesteres y a irse de feriantes al InnoTrans que a otra cosa.
Por lo pronto mañana tendré que quedarme en casa a esperar si me mandan tareas. Y si no, pues qué remedio, habrá que terminar con toda esa cerveza.
Datos: El Oktoberfest en cifras (alemán)

lunes, 10 de septiembre de 2012

Celebrando lo incelebrable

Ya he comentado algunas veces que hay gente que desde que nace, o desde que se hace un poco más bien, sueña con su boda ideal.
No es mi caso. Yo me imaginaba un día horroroso, con un montón de gente, la mayoría desconocida, un banquete en el que no hablaba con nadie y amigos que no se emborrachaban como si no hubiera mañana.
Al parecer la suerte, por suerte, nunca está echada, y uno al final tiene algo parecido a lo que quiere. Envidio a los que disfrutan con los bodorrios, y yo como invitada disfruto en ellos, que conste, pero eso no es para mí.
El caso es que no esperaba que nada de lo que fuera a pasar me gustara, pero me equivoqué. Y me alegro mucho de ello.
Sintiéndolo mucho por los amigos, apenas hubo. Creo que ha sido mejor, no por no celebrarlo con ellos, sino por la parte en la que ellos se emborrachan y tú ni los ves. Me hubiera dado bastante pena que pasara eso, aunque por otra parte al final con muchos no he tenido la oportunidad ni de brindar con una caña. Para todos ellos, Múnich está abierta a visitas siempre y hay sitio (con moderación).
También faltaron y faltarán algunas primas. Lo mismo, los niños caben en los aviones y la cerveza alemana está muy rica.
Por lo demás, la primera parte de las barbacoas creo que fue un éxito. A mí me gustó mucho, y aunque las organizadoras se pasaran algunas cosas por el forro, al final estuvo comedidamente bien.
Ya han ido apareciendo fotillos, y creo que soy la que menos tiene, así que tampoco voy a poner un álbum entero aquí.
La segunda parte, la semana que viene.
Y muchos, muchos besos.


PS: ¿Que si no tenemos viaje de novios? ... ¿Pero os parece poco? Y vamos, si no, el año que viene a Cancún.

domingo, 2 de septiembre de 2012