martes, 20 de noviembre de 2012

Sin ganas

Después de la oleada de visitas, las cenas, reencuentros / fiestas, quedadas, Superschnitzels, postres, meriendas y demás, ahora sólo queda trabajar. Y no tengo ni putas ganas.
Llevo dos meses con tanta pachorra, quejándome de que todo el mundo se retrasa, que ahora que casi todo lo que tengo pendiente depende sólo de mí no tengo apenas ganas de hacerlo.
Me esfuerzo un poco, consigo terminar algunas cosas, pero lo gordo gordo ahí sigue. Me mira, me dice "tradúceme del alemán al inglés", pero yo ni caso.
Es como lo de darle vueltas al plato de espinacas, que lo peor es que al final parece más grande de lo que es.
No sé si será por lo que dicen en Vitónica de que en invierno se te quitan las ganas y sólo quieres comer dulce o porque hay veces que sales a la calle un poco de noche y parece que sólo van a salir vampiros y zombis de sus tumbas, de esas que están escondidas en medio de los parques sin iluminar (*).
El caso es que no tengo ganas, y ahora mismo con los cuatro gatos que estamos en la oficina me echaría una siestecita de esas de apoyarte sobre los brazos y no se daría cuenta casi nadie hasta que pasara alguno de, como dice mi madre, muchos jefes que tengo.

* El Marommo me rompió la ilusión el otro día diciéndome que el humo que sube de las alcantarillas y el que puebla los cementerios es el mismo y son los vahos de la putrefacción. No veáis el asco con el que paso ahora con la bici por las alcantarillas, perdón, arquetas.

martes, 6 de noviembre de 2012

La batería que dura dos días


Exactamente, 1 día 23 horas 54 minutos y 4% de batería.
Al 3% ya no he podido mirarlo porque se apaga por seguridad para que siempre le quede un poco de batería remanente y no pete.
Eso es lo que ha durado el móvil chino que me llegó la semana pasada y con el que todos los que me habéis visto y sufrido sabéis que estoy que no cago (toma frase complicada).
Primero fueron los nervios de la espera, luego el descubrir que han sacado el Amoi N821 con una pantalla mejor apenas unos meses después y que ya las ROMs no valdrán de uno para otro. Que tuvo que ser negro en vez de naranja, que llegó antes incluso el nuevo a mi empresa que el mío (un día, pero no jodas, ¡qué día más largo!), que cuando llegó no traía las Google Apps y tuve que piratearlo y mirar y mirar foros y reviews hasta decidirle a cambiarle todo.
Que al final lo rooteé entero y le metí una nueva ROM en español (lo que antes se llamaba firmware creo y ahora se dice flashear).
Que de los 3 frikis de htcmania con el Amoi N820 que han probado la versión en español, una soy yo y vivo en Alemania, y no soy la más diestra de todos, claro está, pero me apaño.
Al final está todo en mi idioma, que me daba bastante igual pero ayuda mucho a que las aplicaciones no aparezcan en chino que es el principal peligro, si fuera sólo en inglés por mí plin, con el launcher original pero sin chino, y funciona de maravilla.
La pantalla se ve cojonuda, la cámara funciona (la de detrás, la otra ni la he probado), no pesa tanto como esperaba, es grandecico pero sobre todo por la funda de goma, la carcasa es de plastiquillo pero se quita y se pone de puta madre, y lo de las dos SIMs me tiene encantada.
Ah, y la batería. ¡Dos días! 
Después del otro móvil chino NOKLA la verdad que era lo que más miedo me daba, tener que cargarlo cada 2 horas. Pero no, esta gente ha evolucionado mucho, y desde copiar, ahora lo que hacen es mejorar.
Lo único que echo en falta es el LED de notificaciones, pero si el Samsung Galaxy S II no lo tiene y es el más vendido, quién soy yo para quejarme.

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(y el Alex Qu es tó majo)


Editado: Captura de pantalla, para que se vea que es verdad. Más de dos días y aún el 25% de batería

Aprendiéndolo todo de nuestro coche

Para la gente que vive en Alemania llega un momento del año en el que hay que cambiar las ruedas por las ruedas de invierno.
Si vienes de España seguramente no sepas qué ruedas lleva, no hayas cambiado una rueda personalmente en tu vida, o si lo has hecho ha sido por la de repuesto sin prestarle más atención.
Aquí todo el mundo sabe qué ruedas lleva su coche, cómo es mejor cambiarlas o incluso dónde coger las llantas de acero más baratas (sí, hay un mundo más allá del aluminio).
También resulta que no se cambian sólo las ruedas en el sentido de los neumáticos, sino que se compran juegos completos con llantas y todos para ponerlas en el Keller en un arbolico de estos.
Por suerte los germanos son muy amables y te lo explican todo, aunque a veces llegue por fascículos y hayas pedido los neumáticos por un lado online y ahora tengas que buscar las llantas por otro y que cuadren.
El tema es que cada vez que pensaba que estaba todo claro, que ya sabía lo que son todas las cifras, aparece algo nuevo y entra la duda de si será compatible.
Ahí es cuando pienso que tener que leerte las normas ISO es un puto coñazo, pero que, ¡benditas normas ISO! ¿A quién se le ocurrió no unificar las ruedas de los coches, al menos entre modelos de la misma gama?
Mucho que todas las casas tienen los mismos coches, y luego resulta que entre dos Leones del mismo año (2005) hay diferencias insalvables en las ruedas.
Para la próxima dictadura de la normalización, por favor, arreglen eso.

PS: Bueno, y lo que es de rematricularlo ya ni hablamos...