viernes, 24 de mayo de 2013

Paseando por ahí

La semana pasada fue una locura de viajes, y no sólo de trabajo.
Para empezar me fui el lunes a un congreso sobre redes en trenes en Lille (Francia). Sigo sin tener ni idea, pero ya los conceptos me van sentando mejor. Creo que puede que de aquí a tres o cuatro ediciones acabe por comprender todo el rollo ese de las frecuencias y los 802.11p/n/la-letra-que-sea.
Es una frikez, pero creo que estaría bien que como empresa nos metiéramos en esos fregaos para darnos a conocer. Porque la realidad es que no nos conoce ni dios. Se lo dices a la gente y pone cara de circunstancia, de que quiere saber más a ver si le empieza a sonar. Pero no, como mucho nuestra empresa madre, pero entonces piensan que prestamos a la gente y ya no quieren saber nada. Eso habría que cambiarlo, a ver si ahora que queda una semana para que publiquen mi entrevista se consigue ;)
Luego recibí un sms-bomba de mi jefe de proyecto diciéndome (en español): "Sabes ya lo que haces el jueves?". Eso significaba que mi jefe de verdad me había buscado una cita en Salzgitter para venderme los próximos tres meses por unos cuantos camellos y la promesa de luego poder traernos trabajo a casa.
Peor fue el sms más tarde diciéndome que no íbamos de 9:00 a 19:00, sino más bien de 06:55 a 22:10. Hay gente que tiene maridos malos, pero yo tengo una bendición, porque el Marommo ya sabe lo que hay y se lo toma con mucha paciencia. Creo que se la resbala un poco, excepto cuando sospecha que van a timar y me van a dejar allí seis meses, y entonces me regaña. Aunque ya me ha dicho que no hace falta que venga TODOS los fines de semana, así que no sé qué pensar... ;)
Por cierto, que el aeropuerto de Charles de Gaulle en París es lo más futurista antiguo que he visto en mucho tiempo (retrofuturista, dicen). Es como estar embarcando en mitad de Metropolis pero más a los años cincuenta.
Para terminar, teníamos pensado un viaje. Sí, hay gente que ve puentes y decide hacer un viaje, y lo hace. Nosotros como tenemos los huevos gordos lo pensamos sólo hace dos semanas, porque nos dimos cuenta de repente era el único lunes que era fiesta, y casi nos quedamos sin sitio por ello. Tocó escribir a los albergues uno a uno a pedir "una habitación por favorrrrrrr, tres camas siñorrrrrr", pero funcionó.
Así que nos plantamos en Dresde(n). Sigue siendo tan bonita como siempre, y sigue teniendo días soleados que hacen que parezca maravillosa. Incluso con los nubarrones salieron un par de fotos impresionantes, pero en general el turismo mola más cuando no te mojas.
Ahora esta semana iba a descansar, pero ha venido visita y, aunque pase un poco de nosotros, hemos hecho el paripé de no abuelear tanto entre semana y tomar un par de cervezas y una currywurst.
Hoy queda ver si se cumple que el fin de semana sea un poco tranquilo y le ponemos coto a esa mierda que está tomando la cocina y la casa en general. Porque entre avión y avión lo de limpiar se ha quedado un poco olvidado.

martes, 7 de mayo de 2013

Entre costuras

La verdad que siempre me ha interesado la historia sobre el Protectorado de Marruecos. Es algo que de pequeña oía como pinceladas, que una vez España tuvo algo que ver, por otro lado que si Franco vino de África.
Luego con la edad se estudia en el colegio, o más bien en el instituto, pero siempre muy de pasada, porque estás deseando que llegue la Guerra Civil y enterarte de cómo fue todo.
Al final a lo largo de la vida oyes cosas sueltas, que dice tu padre, como que "la farmacia de Gran Capitán está muy pegada a otras porque tenían una en Tetuán y le dieron esa cuando se vinieron", y te preguntas qué hacía esa gente en Tetuán, o cosas del Sáhara que siempre hay alguien que sabe mucho más y tiene mucha más opinión que tú.
El caso es que no me considero una persona muy culta en ese sentido, además aunque me esfuerce me leo o me cuentan las cosas y luego las olvido, y como hablo mucho meto mucho la pata. Pero bueno, después de leerme este libro creo que soy un poquitito menos ignorante.
Me hubiera gustado que la historia fuera un poco más rápida. Al parecer en papel es un tochaco y eso en el Kindle se pierde un poco, pero vamos, que no pasaba nada por describir menos las emociones y que hubiera un poco de más chicha. Sobre todo porque al final no sabes muy bien si va a pasar algo o no, o si simplemente va a ser todo una descripción costumbrista de España en los años 30 y durante la posguerra, a lo La Colmena pero con mucho menos estilo, porque hace mil años de aquello y la autora no es tan mayor, así que queda un poco forzado.
Ha sido el causante de que lleve sin leer prácticamente desde Navidad, porque no me ha gustado como para engancharme pero tampoco me ha disgustado tanto como para dejarlo por imposible. Aunque sólo fuera porque hacía mucho que no leía autores españoles. A lo mejor es que no soy suficientemente mujer para esto ;)

Ahora me pondré con algo en alemán, que aunque curre todo el día sí que me apetece ver un poco cómo son los libros más allá de los típicos de Vollidiot o los que me mandaron leer para el examen. Voy a atreverme con una novela criminal en los Alpes (agárrate) y a ver qué sale. La primera experiencia con una novela negra fue en Aachen y no fue nada exitosa, esperemos que ésta sea mejor.
-------------------------------------------------------------------------------------
Título: "El tiempo entre costuras"
Autora: María Dueñas
Páginas: 640.
Editorial: Temas de Hoy
Año: 2009
ISBN: 9788499981833
Sinopsis:
"La joven modista Sira Quiroga abandona Madrid en los meses convulsos previos al alzamiento arrastrada por el amor desbocado hacia un hombre a quien apenas conoce. Juntos se instalan en Tánger, una ciudad mundana, exótica y vibrante en la que todo lo impensable puede hacerse realidad."
También he visto que Antena3 prepara una serie, a lo mejor gana y todo.

Emigrando al norte

Panorámica del Salzgittersee, esperamos que el color no tenga que ver con la fábrica de acero
Al parecer no fue bastante con venirme el año pasado a Múnich, sino que ahora me toca subir un poco más para seguir trabajando en trenes.
A veces pienso que esta manía mía de dedicarme a "lo que me gusta", y no dedicarme a la automoción especialmente, se me está yendo de las manos.
Que sí, que luego los frikis de los coches son insoportables y me siento aún peor ingeniera de lo que soy (en el sentido "voy a inventar la rueda o en su defecto algún cachivache", porque luego digo hace 5 años que cómo que los volantes aún llevan palo y me tildan de loca), pero es que tampoco mola esto de no estar de seguido conviviendo con el Marommo más de un año nunca.
Al principio fueron los veranos. Todo el mundo sabe que cuando vives en un colegio mayor en verano te vuelves a casa y evitas pagar días sueltos como sea. Luego hay gente que se queda a las academias, pero eso es otra historia, para 40 ºC en Graná tenía suficiente ;)
Luego el trabajo. Ahí se pone la cosa peor, al Marommo se salió trabajo en La Línea y a mí aún me quedaban tres años de carrera, y uno de ellos de Erasmus. Para qué se iba a venir a Madrid si yo me iba a ir. Y además no iba a querer vivir con él. Qué mala soy, y qué poco buscó él en Madrid, pero bueno.
Después el Erasmus, a Alemania para más inri. Al norte por primera vez, de Europa, porque Madrid de Graná ya está al norte, vamos. Luego que no, mejor me vuelvo a España que hace solecico y aquí se está muy bien y se gana muy bien, y esto es muy peligroso.
Unos años después por fin se vino el Marommo a Madrid, pero cosas de la vida, nos decidimos a venirnos a Múnich. Seis meses separados. Y por fin se vino, y ahora trabaja y todo, ¡y de lo suyo!
(Arquitectos y aparejadores del mundo, morid de la envidia)

Y lo que yo quería contar no era esta pastelada, sino que me mandan a partir de junio a Salzgitter, que es un pueblo-polígono industrial a las afueras de Braunschweig. Donde estuvo la frontera entre las dos alemanias y a 598 km de Múnich, para arriba en el mapa.
Empecé trabajando para Alstom dos años y he rechazado al menos tres ofertas para hacer entrevistas para ellos desde que estoy aquí, pero ahora ya no me libro.
Cuando una puerta se cierra, como ha pasado ahora con mi proyecto, hay que abrir al menos una ventana. Y esta ventana esperemos que dure los tres meses prometidos y luego quede en una anécdota que contar. ¿Recuerdas el verano aquel que en vez de tomar el sol contigo en el Biergarten estuve en Braunschweig?

Lo único bueno que he visto es que llueve mucho menos que en Múnich. Sí sí, mucho, un TERCIO menos. Que quieras que no, en verano se agradece. Claro que las horas de sol son menos, así que supongo que serán días nublados de mierder sin llover o algo así. Cuando llegue el momento interrogaré a mis contactos norteños.
Por ahora sé que tienen mi currículum y les he gustado. Qué sorpresón, si no han parado de llamarme ;)
(pero se agradece)