miércoles, 8 de enero de 2014

Volando como los ricos

Ya estamos de vuelta en Alemania. Han sido unas navidades largas, como las de los niños, desde el día 20 hasta pasados los Reyes incluso, con resaca y todo.
Los días se han pasado unos más lentos y otros muy rápido, mucho viaje de aquí para allá como siempre y un poco de tranquilidad con la familia, que ya hacía casi un año que no veníamos (íbamos) sin que fuera corriendo y con prisas, casi sin parar.
Pocos días laborables, como debe ser, y muchos regalos.
Carta del presidente de Iberia presumiendo de haber reducido
el tiempo de conexión en la T4 y de la alta puntualidad de sus vuelos
La vuelta ha sido una odisea. Cuando compré los billetes allá por noviembre tuve la eterna disyuntiva. ¿Mejor horario o más barato? ¿Directo o con escala? De directos había poco, sólo Ryanair y a los conocidos horarios imposibles de las seis de la mañana. Me dije, por este precio ya no merece la pena. Al final quedaban ida y vuelta con Air France, haciendo escala de 3 horas en París, o ida directa con Air Berlín y vuelta con escala en Madrid con Iberia.
Ay, inocente de mí, que me olvidé de la última vez que dije "Nunca más con Iberia".
Uno se cree que cuando le venden un billete con escala, el operador sabe lo que se hace. Pues no. No sólo el segundo vuelo no era de Air Berlín, sino operado por Iberia (ya se sabe, sin comida), sino que el primero ya lo retrasaron 10 minutos hace un mes, así que la escala de la T4 se quedó en 50 minutos, sin contar con el retraso de casi tres cuartos de hora con el que al final salimos de Málaga, claro.
Gracias a que nos tocaron puertas de embarque una enfrente de otra, ayer pudimos hacer nuestro enlace de una carrera. Nuestras maletas no. Allí se quedaron nuestro jamón, el Munchkin, las sartenes nuevas, mis botas y una mezcla de ropa y pingos. 
Cualquiera diría que da igual, que nos las mandan a casa en dos días, pero yo pienso que volar como los ricos, de día, y pagando el doble, no merece la pena si no te garantizan llegar con todas tus pertenencias a casa, o incluso volar. Porque de nuestro vuelo, el 50% de la gente que tenía escala la perdió, y creo que no es lo que esperaban a la vuelta de Navidad.
Ya sé que la próxima vez me lo pensaré dos veces antes de no comprar Ryanair, o de rechazar una escala larga pero con una compañía seria.

Que tengáis un buen año y nos leamos mucho. O que nos veamos más y así la morriña se pase mejor.