viernes, 28 de octubre de 2016

El choque cultural

Ya sólo estoy relejada como Merkel cuando no tiene que dar besos a nadie
Nunca pensé que tendría choque cultural con en mi propio país en el entorno de trabajo. 
No es que me fuera de España precisamente joven, ya había vivido allí 28 años e incluso había trabajado allí cuatro años (y otros tres como becaria), que hay veces que piensas que la gente que sólo ha trabajado fuera es la que lo va a tener más difícil para volver. 
Pero la vida es así, he de decir que ha habido cosas que me han sorprendido. 
La jovialidad, las bromas, que todo sea tan natural y no tan formal. Hay de todo, claro, y unos son más retraídos que otros, pero en tres días en Madrid he hablado con compañeros de allí de más asuntos personales, aunque fueran triviales, que con muchos de mis compañeros de todos los días en cuatro años y medio.
Que se tocan. Llega una a la cocina y le toca el pelo a un compañero y le pregunta que cómo está. ¿¡PERDONA!? ¿Debería cerrar la puerta o buscaros un hotel? El espacio personal, eso sí que no lo echo de menos porque no me gusta que me toquen, pero tampoco creía que me iba a sorprender.
Por supuesto dentro de eso está lo de darse la mano o dos besos. Al final he ganado yo con la mano, con los hombres, pero es que eso es algo que de verdad tenemos que reimportar. No eres mi amigo, no me beses. Y los amigos de amigos pues tampoco.
Que todo el mundo está en una oficina a un andar. Ahí seguro que no es algo alemán, que dependerá de la empresa y el sector, pero las oficinas en las que he estado hasta ahora son más pequeñas. La mayoría de cuatro pero las grandes como mucho de ocho o nueve personas, y ya hay gente que se queja. Hasta yo me he quejado a veces del ruido.
Las comidas, me he sentido como una guiri sorprendida de lo largo que es el menú del día, el rato que se tarda en ir a comer, el precio (vale, no siempre iba a ser todo más barato y ya sabía que rondaba los 11€ en las zonas empresariales), lo bueno que está todo y lo que he echado de menos el arroz con cosas sin saberlo. 

El caso es que de todo se aprende y la experiencia ha sido muy positiva. Espero repetirla y que no tarde otros cuatro años para que me sorprenda un poquito menos.

miércoles, 19 de octubre de 2016

Hacer la maleta para profis

- Todo lo que necesitas cabe en una maleta de mano, da igual lo que dure el viaje.
- Incluido el portátil. Si está suelto en la parte alta de la maleta sólo tendrás que sacarlo un momento en el control de seguridad del aeropuerto. Luego una bolsa de tela es igual de cómoda que una mochila.
- La mejor bolsa de aseo es la transparente.
- El medioambiente debe ser salvado, pero llevar los billetes o reservas imprimidos no va a hacer tanto daño como que se te vaya la batería del móvil o no te cargue el Internet.
- Por si acaso, el cargador siempre a mano.
- Nada de cinturón para el viaje.
- Tampoco botas para el viaje, a poder ser, ni tacones, ni zapatos abiertos. Sandalias en el avión son sinónimo de pies helados.
- Si, una vez dentro, la chaqueta cabe en la maleta, mucho mejor.
- Un libro es tu mejor amigo para la espera.

miércoles, 12 de octubre de 2016

La cotización de los autónomos a la Seguridad Social en España NO es una cuota fija

Últimamente hay mucho debate sobre este tema y repetidamente salta a la palestra.
La cotización de los autónomos en España no se calcula automáticamente en función de sus ingresos, ni de su facturación, ni de sus ganancias (como parecería lógico).
Por desgracia, en este tema hay mucha información imprecisa y que lleva a error.
La cuota de autónomos tiene un valor mínimo, pero no es fijo. Depende de la base imponible que cada autónomo decida libremente.
Sí, así como para un empleado la base imponible va en función de su bruto, para el caso de los autónomos son estos los que deciden en base a qué cantidad quieren cotizar.
Este sistema busca originalmente compensar la diferencia entre importe facturado y ganancia.
Fuente:

Para un empleado, la cuenta es sencilla. Para contigencias comunes se cotiza en total un 28,30%. La empresa para una gran parte de 23,60% y el empleado un pequeño 4,70%.
También hay una cotización al desempleo del tipo general del 7,05% (entre empresa y empleado).

Hay también unas bases mínimas y máximas de cotización, ordenadas por categorías profesionales, que oscilan de los 764,40€-1067,40€ hasta los 3642,00€.
Para una base mínima de 764,40€ de un empleado, se paga un total mínimo del 35,55% que corresponde a una cotización de 271,74€ para 2016.

Ahora en el caso de un autónomo. Supongamos que tiene menos de 47 años por lo que no tiene un cálculo más dificultoso.
Para contingencias comunes se cotiza en total un 29,80%. La base mínima es de 893,10€ al mes y la máxima 3642,00€.
Sin embargo, la gran diferencia estriba en la frase: "Trabajadores que a 01/01/2016 sean menores de 47 años podrán elegir entre los límites de las bases mínima y máxima."

Para una base mínima de 893,10€ de un autónomo, se paga un total 29,80% que corresponde a una cotización de 266,14€ para 2016.
Dejémonos de medias verdades. También se puede elegir pagar el máximo de cotización por una base de hasta 3642€ al mes y no vemos a nadie hablando de eso.

Visto lo anterior, creo que queda claro cómo se calcula la cotización de un empleado y de un autónomo (que son prácticamente iguales, si nos ponemos tontos, un empleado cotiza de hecho más) y de dónde sale la cuota mínima.